".....Nuestra condición inicial y fundamental es la inocencia y la bondad. No nacimos para perjudicar a nadie ni para ser
perjudicados. Nacimos por amor y para el amor. Nuestra transformación
existencial depende de la recuperación que hagamos de esta inocencia y bondad.
De ella depende nuestra libertad y la recuperación de nuestra dignidad. En el
ámbito del desarrollo personal y la terapia es a partir de esta comprensión que
sus procesos adquirirán sentido y significado real. Sin transformación
existencial todo cambio terminará por ser inútil y subordinado al poder y el
patriarcado.
Esta transformación existencial que es tarea de vida no trae ni ha
traído hasta hoy una subsecuente transformación social. Sin embargo, nos genera
irrevocablemente opinión y criterio ante los fenómenos sociales, educacionales,
culturales y políticos. Resulta evidente que mientras no haya igualdad o
equidad no habrá libertad; que mientras haya abuso no habrá bienestar ni
justicia; que mientras haya riqueza y lucro, habrá pobreza. No es posible
concebir una transformación existencial al margen de la ética. La
transformación existencial no implica poder, pero sí conocimiento y
consciencia. Significa, en esencia, haber recuperado nuestra libertad de ser en
un mundo que aún no termina con la esclavitud."
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