“Cuando vivenciamos claramente esa mente-corazón, con nuestro propio cuerpo, no hay modo de escabullirse frente a la responsabilidad por la vida. Se vuelve completamente claro que aquello que hacemos es como somos, y al vivenciar profundamente esto, que nuestros actos, nuestra vida, son el acto de la vida, del universo y sus seres, no hay más posibilidad de posponer el involucrarse apasionadamente en la creación de un mundo nuevo, el que a su vez, paso a paso, nos va creando.”
Extractos de otros escritos:
"..........Tocamos aquí un punto importante del camino del
Zen, que este camino y práctica es una práctica comunitaria, o sea una práctica
común, y esa práctica común trasciende todo tipo de visión filosófica y todo
tipo de visión cultista, y no está restringida específicamente al Zen o al
budismo o al taoísmo como escuela, dado que esta práctica común es nuestra
propia vida....Y esta vida es común con todos los seres...."
Extractos de otros escritos:
"..........Tocamos aquí un punto importante del camino del
Zen, que este camino y práctica es una práctica comunitaria, o sea una práctica
común, y esa práctica común trasciende todo tipo de visión filosófica y todo
tipo de visión cultista, y no está restringida específicamente al Zen o al
budismo o al taoísmo como escuela, dado que esta práctica común es nuestra
propia vida....Y esta vida es común con todos los seres...."".....Y
así entendemos la práctica del Zen y de nuestra tradición de Zen en Movimiento
como una apertura, atención y escucha de la totalidad del cuerpo, de la mente y
corazón a todos los seres y al vasto universo.Esto es a la vida, y no hay vida sin respeto,
sin Amor y sin sociabilidad...."
La medicina occidental alopática, marca su aparición a partir de Hipócrates hacia el año 460 a/c y de Galeano en el año 131 a/c. Claro, que no es hasta el Siglo XVIII que tiene surgimiento como tal la medicina moderna
Para esta medicina alopática, la enfermedad se manifiesta en el sujeto que la porta, con todos los signos y sintomatología que arrastra.
El conocimiento de los agentes de medicina occidental, opera a nivel del cuerpo, en la curación o sanación de la enfermedad, no importando quien la padece, ya que no tiene un marco referencial para la persona o el sujeto que la sufre. Es así, como los métodos basados en la evidencia predominan en cada una de las estrategias curativas de la medicina moderna. “El saber del médico es un saber sobre la enfermedad, no sobre el hombre, que no interesa al médico sino como terreno en el que evoluciona la enfermedad” (Clavreul, pag.139; 1983).
La Medicina Tradicional Indígena por su parte, es integral, y tiene un ancestral, amplio y dinámico desarrollo. Considera la enfermedad dentro de un proceso individual, social, comunitario y cultural, donde la multiplicidad de factores influye en la mantención del equilibrio del sujeto. Para esta medicina, el hombre está en equilibrio consigo mismo, con su comunidad y con el ambiente, en una plena coexistencia.
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"Este mundo no va a cambiar, a menos que estemos dispuestos a cambiar nosotros mismos"
Rigoberta Menchu Tum
-"UNA PROPUESTA PEDAGÓGICA PARA TRANSFORMAR"
El material que hoy presentamos a su juicio crítico es producto del esfuerzo de muchas compañeras y compañeros en el ámbito de la educación formal e informal en Guatemala, así como de esfuerzos institucionales por contribuir a la construcción de un nuevo modelo educativo, esfuerzos desarrollados a lo largo de varios años ejecutando proyectos educativos en el país, y también a esta construcción se suman apoyos solidarios del campo internacional.
seguir el enlace: http://frmt.org/mm/file/Propuesta%20pedagogica.pdf
En su edición del sábado 28 de mayo se publicó una entrevista al Presidente de la República cuyo tema central fue el de la energía. Ahí, el Primer Mandatario formuló una declaración que, en mi concepto, es tan reveladora como desafortunada. Destacada en la portada de "El Mercurio" como la frase del día, la declaración dice: "Las personas merecen más protección que los árboles". Se trata de un pensamiento tanto más peligroso cuanto más razonable parezca a la clase política, porque desvincula insalvablemente el orden "construido" del orden "dado", esto es, la naturaleza, soporte vital de nuestra especie.
Los políticos de todos los países tienden a pensar del mismo modo a causa del modelo de civilización en que están insertos y cuya responsabilidad los obliga a incrementarlo.
A pesar del paso de los
siglos, en Chile seguimos ignorando y/o renegando nuestros tesoros culturales
más valiosos, actitud que demuestra que aún somos un país adolescente, que más
nos dejamos llevar por nuestras inseguridades y complejos que por nuestras capacidades
y valores genuinos. Todavía preferimos copiar antes que heredar las sabidurías
adquiridas y/o crear modelos y visiones de mundo propias; preferimos seguir
modas, mirar otros orígenes y destinos antes que mirar y descubrir lo nuestro.
No obstante, ya entrando en la segunda década del siglo XXI, esta actitud nos
debería dar vergüenza, toda vez que nuestro país insiste en continuar operando
como una colonia: parece que queremos seguir siendo “los ingleses de América”
y/o “los estadounidenses de Sudamérica”. De hecho, Chile ignora a Chile;
ignoramos nuestras raíces y, con ello, perdemos la oportunidad de avanzar hacia
un futuro profundo. Sin embargo, no hay un futuro real sin un pasado real; no
hay un árbol grande, copioso y armonioso, que no tenga raíces profundas y
corpulentas. El desarrollo sustentable sólo es posible si cada una de sus
partes constitutivas crece proporcionalmente; de lo contrario tarde o temprano
surgen descompensaciones y desequilibrios y todo se desmorona. Crecer con
sentido, organicidad y proyección, exige tener una base sólida, con fundamentos
y antecedentes que garanticen un proceder coherente.